Él se acerca a mí despacio, se sienta a mi lado, olfatea mi cuello….huele a perfume caro, rico y sutil… Me abre la chaqueta y descubre una blusa negra de seda pegada a mi cuerpo… Abre poco a poco los botones, descubre unos pechos hermosos reventando el sujetador de encaje; dejaba ver parte de sus pezones… Los empezó a acariciar con la yema de sus dedos…Su falo crecía enloquecidamente, iba a reventar el pantalón… Ella era muy sensual y empezaba a dejarse llevar… Él acariciaba sus pechos por fuera y por dentro de la blusa, besaba su cuello dejando sentir su aliento en su oreja… Ella sentía escalofríos… Su lengua la buscaba, ella enseguida entregó su boca. Sus lenguas se juntaron poco a poco, se rozaron, lucharon como espaditas ansiosas de placer… Juntaron sus labios y se besaron con deseo. Las piernas de ella ese abrían poco a poco… Él acarició sus pezones y deseó lamerlos. Bajó su boca y se dirigió a lamerlos, a chuparlos… Ella se retorcía de placer, bajó sus manos y las metió entres sus piernas, rozó su liguero, acarició su piel. Era suave, puso la mano en su sexo y ella se estremeció, el roce de la seda la excitaba… Metió la mano, buscó su clítoris, lo acarició mientras lamía sus pezones. Ella no se atrevía a tocarlo a él pero lo deseaba… Él puso su mano en su miembro bien duro… Ella no daba crédito de lo que estaba tocando, seguro que era precioso, terso y brillante, rosado, como una fruta que saborear en la boca. Ella se iba abriendo poco a poco, estaba húmeda...sus dedos eran expertos y sabían cómo acariciarla…A pesar de la rudeza de su físico él sabía lo que hacía, la verdad es que era muy atractivo… Se puso de pie, ella sentada y él justo con la bragueta a la altura de su boca… Ella con cara de inocente empezó a desabrochar la bragueta y su polla salió liberada, tersa, dura como ella imaginaba… Empezó a chuparla muy despacito pasando su lengua alrededor de su glande, suavemente, arriba y abajo, a la vez acariciaba sus testículos cariñosamente… Movía su mano arriba y abajo succionándola con deseo… Se retiró de repente y dijo: para! para! que te voy a preparar como tú te mereces, te voy a lamer hasta que estés como una perra y no desees otra cosa que tenerla dentro. Comenzó a acariciar su sexo con la lengua como los ángeles…aaaaaaahhhhh! Ve estrellitas, le falta la respiración… ah ah ah siiiiiiiiiiiiii (se corre…) Ella le susurró: “Voy a cabalgar despacito encima de ti, quiero sentirla, quiero disfrutarla… Mmmmmm ¡¡¡Qué mojaditos los dos, me encanta que me folles, me encanta que me chupes los pechos, me muero de placer!!! Me gusta sentirla una y otra vez… ¡Chupa mis pezones amor! Sé que tu lechecita está preparada para mí…” Él le dijo: “Ven que ahora te voy a dar lo tuyo…” Quedó ella sentada y él de rodillas, empezó a penetrarla despacio, muy despacio pero se fue acelerando cada vez más… Empujándola contra el asiento una y otra vez, cada vez con más ansia agarrándola de sus caderas… si si si si ah! Ah! Ah! Ah! Hasta que ya no pudo más… la sacó y empezó a eyacular sobre sus pechos, aaaahhhhhh… Quedaron los dos exhaustos y sudorosos… Los cristales del compartimento se habían empañado.
Escrito por: Sandra Ross
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